domingo, 17 de octubre de 2010

(Manifiesto)


Manifiesto que la mejor
defensa es el ataque.
Atacar para que el otro
no me ataque antes.
No el defender desde aquí
mi castillo de palabras,
no el resistir desde el búnker
de mi fortín de ideas,
nunca cerrando la puerta
al avance a la concordia.

No.
La mejor defensa es destruir
las ideas del otro,
invadirle las neuronas,
moler a palos su cuerpo,
y en los pozos esparcirle sal,
y en los campos.
Y conquistar, conquistar,
enquistar, conquistar,
conquistar…
aunque el imperio nos lleve
lejos de casa,
lejos, muy lejos del hogar
de las ideas.

Sí, manifiesto,
que en el duelo de proclamas
solamente conseguimos
avivar el fuego,  el problema,
sólo sirve para alentar
la extensión del caos,
en el que todos pacemos
muy convencidos.

Sí.
Manifiestamente creo
que los de arriba y abajo,
el norte el este el sur-suroeste,
los medios absolutos
y los intermedios,
deberíamos dejar
de vivir en islas,
de observar espejos
y relatar ferias.
Y ser aunque fuera
por una vez,
un clamor sostenido
de muchas voces.

Y ahora entre sonrojos
y estridentes carcajadas,
este almidonado, inocente,
trasnochado manifiesto,
será arrojado a la lumbre
de la utopía presupuestaria,
a la pira de la más antigua,
exacerbada humanidad.
Como tantos otros.


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14 comentarios:

  1. Desde Alejandro Magno hasta aquí se demuestra que el último tramo de tu sonrojado manifiesto es una declaración de sabiduría absoluta.

    Lástima que llevarlo a cabo atentaría contra los intereses de esos pocos que manifiestan lo contrario, entonces, conviene quemarlo.

    PERO, manifiesta, POETA, que siempre algo queda :)

    Beso grande

    SIL

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  2. Que sí, que sí...que ya vale de islas, que hay que reunir las voces.

    Y que eres GRANDE, Jose querido. Menudo poema impresionante nos has regalado.

    Te admiro, ¿lo sabes?

    Besos enormes!!!

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  3. Ni se te ocurra lanzar al fuego nada de lo que escribes poeta pésimo; deja que nos invada las neuronas, que nos muela a palos, que nos conquiste, que nos enquiste... a ver si dejamos de miranos el ombligo y refrescamos las ideas por lo menos un ratito.

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  4. Me uno a tu maifiesto, sin islas, sin fronteras...que falta nos hace. Y grita tus palabras bien alto, porque lo dices todo muy bien, poeta.
    Besos

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  5. Y yo también me uno, cómo no unirse!
    Recogemos las manos que hemos dejado abajo y hala, todos a una, a ver si...!

    Otro abrazo!

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  6. Me encanta además comparto tu pensamiento. Te felicito. Un abrazo. Pero algún dia tendrá que dar la vuelta la tortilla aunque no la veamos nosotros

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  7. El ir y venir de la doble moral, siemrpe se viste de reclamos, defender no es insultar, no es faltar, es vibrar bajo la vida con las ideas fuertes y justas.

    Besiño.

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  8. ¿Dónde se firma? ¡Dono mi espejo y mi isla a la causa! Jajajaja. Valdría la pena, José, si de hecho fuera posible esa hermosa utopía. Pero ya de espejos y de islas donadas está la utopía nutrida. ¡El problema somos nosotros, los humanos, que terminamos siempre siendo egoístas y cerdos! De todos modos, me uno a tu manifiesto y celebro contigo la aspiración al día en que sea plenamente posible. Me fascina el sentido humorístico y de ironía que a veces impartes a tus poemas. Insuperables. Abrazo.

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  9. La mejor defensa...
    Creo que lo mejor sería no tener que defendernos de nada... no pensar si voy por la vida pensando si este o tal o cual, me puedo o no atacar en cualquier sentido de la palabra!!!
    Mil besos cielo y buena semana!!!

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  10. De no quemarlo serias culpable, pero de no quemarlo estaria segura de que de peores culpas te han culpado, y aun entre cenizas y todo yo tambien me uno al manifiesto.

    Un beso enorme. Te leo.

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  11. Hola José!!
    ¡¡Ni se te ocurra quemarlo!!que tantas verdades juntas asustan,pues que asusten,pero tú sigue manifestándote y defendiendo con la palabra que siempre es la mejor de las armas.

    Gracias por venir a verme y por tus palabras.
    Un abrazo

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  12. Soy una pesimista en cuanto a que un día las cosas vayan a cambiar, y no obstante hay que decirlo, gritarlo, escribirlo y pegarlo en todas las esquinas, pregonarlo a los cuatro vientos...¡Que pena que haya tanto sordo!

    Un abrazo.

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  13. Creo en el poder de la palabra. El poema es, o debe ser
    también grito, latigazo y desafío.

    Muxus

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