miércoles, 23 de enero de 2013

(Estoy viviendo solo y hace frío)


Estoy aquí viviendo sólo 
y hace frío.
Yo soy algo más que mi envoltorio.
Soy un caramelo que siente
frío y se lleva
la lengua a las manos.
Hay dulce en mis cercanías.
Y amargo en mi parte de atrás
la cuerda del columpio 
se ha roto el jardín.
Soy algo más que un envoltorio
que recuerda estar aquí
viviendo solo.
Mi pierna está pegajosa.
La factura de la noche 
me dice soy cara 
y me sientes,
húndete cerca de mí,
deberías pagarme.
He decidido bajar las cortinas,
cerrar las persianas y acostarme
con ella a oscuras,
como en una orgía de lo negro
para no verla más
que con mis manos,
no saber de ella más
que por mi boca.
Hace frío y mucho que recuerdo
estar viviendo solo
y las facturas.
La semana anterior vinieron 
a medir los contadores.
No dijeron nada. 
Sólo sacaron la máquina 
y  me dieron por vivo.
Me dieron por rentable.
Y no saben que me estoy 
follando a sus estufas. 
No saben que les meto
billetes entre las piernas
a las canceladoras. 
No sé si dije ya
que hace frío y no veo
otra forma de avanzar, 
de salir adelante
que hacia adentro. 
Quisiera llevarte conmigo 
para hacernos compañía.
Quisiera llevarme contigo.
Mejor a ser posible,
acostarnos de verdad,
fieramente tranquilos 
acaso una vez al menos
cada día. 
Mejor de lo que me llevo
con el mundo.
Mejor que todo lo bueno 
que él se me lleva
cada día.
Que ellos… 
No hay luz.
No hay calor.
No hay más. 
Soy más que este envoltorio rosa 
en el que me has conocido. 
Pero hace un frío incandescente 
y dictador en esta casa de cristal 
donde me envuelvo.
En la que vivo solo en huracán
con mis poemas hacinados
lo hacemos todos los días.
Sólo espero que la helada nos sorprenda 
engullidos en pleno acto,
y  quedarme en su interior
como ardiente estaca de hielo, 
en el mismo instante congelado
que ahora atraviesa tus ojos es tiempo 
de llorar la escarcha.
Que tu boca conozca al fin
mi verdadero sabor.



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