lunes, 12 de diciembre de 2011

(2 versiones de un haiku nostalgia)



Nostalgia en flor,
fruto de lo vivido
y de su ausencia.
    _______


Terca nostalgia,
flor de luna nacida en
días de ausencia.



domingo, 4 de diciembre de 2011

(Supuesto)



Suponga usted que sabe lo que dice.
Que sus labios se mojaron alguna vez 
con la verdad.
Que sus dedos persistieron
la caricia no volátil.
Que la venda de sus ojos no tiene
pantallas por dentro.
Suponga.
Suponga que este problema importa.
Que la voz alzada puede
cambiar el curso.
Que el curso no es un descenso
por la garganta.
Que el mar existe y es suyo
la sal no escuece es 
un mar abierto.
Respire…
Suponga hondo.
Suponga 
que no se va
a morir mañana.


lunes, 14 de noviembre de 2011

(Haiku mirada)



Ojos políglotas,
callan dejando en cueros
a mis palabras.


lunes, 7 de noviembre de 2011

(Intercambio)


=> Revisited


El rey es muy claro en temas 
de amor y de arte, las horas
se abonan al cambio, y previo 
al llegar de los cuerpos, 
ya se ha deslizado el metal
por nuestras manos.
Y chirrían menos las juntas
en los roces metálicos,
el hondo gemir no disiente,
la postura se adopta fluida,
unánimemente.
No es necesario el amor,
ni siquiera hace falta hablar,
se suprimen con mantequilla
las dificultades.
El rey es clarísimo en temas 
de interés sólo reina él.
¿Y el amor?...
¿Y los demás?...
Preparado de salchicha, 
chopped de pork,
sopa de sobre,
carne de servicio… 
Cada piel una frontera, 
cada mano un intercambio, 
cada voz , cada palabra
un instrumento.



=> Versión antigua


El rey es muy claro
en temas de amor las horas
se abonan contando y previo
al llegar de los cuerpos ya
se ha deslizado el metal
por nuestras manos.
Y en los roces metálicos
nuestras juntas chirrían menos
el gemir no disiente
la postura se adopta fluida
unánimemente.
No es necesario el amor
ni siquiera el hablar
se suprimen con mantequilla
las dificultades.
El rey es muy claro siempre
en temas de amor solo reina él
los demás servimos
cada piel una frontera
cada mano un intercambio 
cada voz  cada palabra
un instrumento.


lunes, 31 de octubre de 2011

(Sacudida)



Sometido el cuerpo viejo
a altas tracciones,
que sacuden nuestras tripas
ordenadas,
comenzamos a entender
con las orejas,
a observar con claridad 
los pies del suelo
con que pisamos,
y en ese momento dulce
de “descábala” urbanística,
en ese insano instante 
comprendemos,
y nos asalta la vida la bolsa
apremia a vaciarse.
Corremos hacia la muerte
para que no nos pille 
de sorpresa,
sentados en la desidia
acaudalada y miope,
saltamos desde el vacío 
que con esfuerzo
nos hemos socavado,
hacia la tierra firme 
que somos
en mitad del océano,
y aunque el cuerpo que espera
no sea ya 
el de aquellos entonces,
el abrazo que nos propina es 
bocanada de hogar, bofetada 
gravitatoria.
Sometido el cuerpo de siempre
a altas tracciones,
mareado y sin norte  y quizás
las tuercas fuera de sitio,
volvemos a ser seguramente 
otros no
los que conocimos,
mas con la cierta intuición 
de saber
accionar los resortes,
de conocer las piezas que sobran
y las que no por su nombre,
la esquina rota de una foto mapa
que nos permita recordarnos,
el hilo con que empezar a tejernos
un puzle mejor
tras la sacudida.


lunes, 24 de octubre de 2011

(Braille)



Qué diera yo por verte
transitar de nuevo,
por la puerta que aquel día
abandonaste.
Mas quedárame ciega 
para siempre sin remedio,
por que mis manos rozaran
la primera página,
vislumbrar brevemente
y volver a olvidarlo,
el título en braille,
el nombre de tu cuerpo.


lunes, 17 de octubre de 2011

(2 versiones de un haiku misterio)


Besar la clave
escondida en tu pecho.
Y descifrarlo.
        _____


La clave suena
en tu pecho apremiante
saber de labios.


lunes, 10 de octubre de 2011

(Walking on the moon)


¿Por qué es tan difícil
caminar sobre la luna?
Si las palabras no pesan
y el territorio es de nadie,
si llegar está probado y 
en el centro comercial,
hay descuento en escaleras
extensibles dos por uno.

Podríamos caminar 
hasta el borde de los cráteres.

Lanzarnos por el polvo
de la luna toboganes.

Nuestros pies silenciosos
tocarían el suelo apenas,
mientras salto a salto
la tierra que sabemos
disminuye.

Arriba las leyes que sigues
serían otras.
Las leyes que te persiguen
también irían
a cámara lenta.

Y en la escafandra doble
en el traje de sumo
que estoy preparando,
respiraríamos con calma
el sueño,
el amor,
el espacio…
sin miedo a que ningún poder 
nos arrebate.

Sería tan fácil.

Caminar sobre la luna
como en una irónica canción
de policías.

Arremangarnos los miedos
y las gravedades.
Abrazarnos a cohetes
y no a las piedras.

Dejar de engañarnos.

Dejar de creer
que ella es el satélite.


lunes, 3 de octubre de 2011

(Arañas)


Las esquinas y los ángulos
en general están llenos
de telas de araña.
Lo mismo el metro de Madrid
que los barquitos del Sena.
Es cierto.
Si no tuviera miedo 
podría subir 
y hacerte un vestido.
Cabría esperar no obstante
que al toque del triángulo
aparecieran las dueñas,
descolgadas como grupo
de asalto de ocho patas.
Pero sólo se descuelga
la ausencia.
Las moscas se acumulan
y se mueren de tedio,
superpobladas.
Y mientras que el extraño caso
la luz se difumina en 
el metro de París,
en el barrio de las letras.
La gente se detiene
cada vez más deprisa,
las cortinas caen
como las hojas del libro.
Las fuentes se paran también
los autobuses frenan
en seco las calles
están limpias.
Pero los ángulos…
Los ángulos bien afilados
se hierguen y las nubes 
dobladas se pinchan.
Y nadie sabe exactamente
dónde han ido a parar
a ciencia cierta.
Nadie consigue
resolver el misterio.


lunes, 19 de septiembre de 2011

(Haikus del surco y la corriente)



En tierra herida
crece el fruto del hombre
que vive y sabe.
        _____


El río avanza
por el agua que cae.
Pero no aprende.



viernes, 16 de septiembre de 2011

(Versiones)



Se me aparece 
en los días bisiestos,
según el insigne 
calendario gregoriano,
una imagen fantástica, 
visión perturbadora.
Es un tipo con bata 
y jeringuilla en la mano,
mascarilla cubriendo su rostro.
Me son inconfundibles 
los rasgos de esa cara
tras la tela soy yo.
En la chapa otro indicio, 
Doctor Baena, pone,
experto por clonación 
en la Universidad del Oeste.
Y así cada tanto…
Supongo que tras el proceso
higienizan mi memoria.
Pero eventualmente 
me alcanzan flashes,
recuerdos extraños 
de haber sido otro.
De haber besado, 
comido como otro,
amado, recuerdo haber escrito
poemas como otro.
Por la calle suelo 
circular distraído,
mi cuerpo encargándose
de que no pise charcos,
hasta que brinca la alarma
creyendo reconocer
en esa espalda al frente
 a uno de los otros.
Achaco la confusión 
a mis lentillas miopes.
Pero al rato vuelve a estar
ante mí ese otro yo, 
pero que no puedo ser yo 
ni acaso se le parece.
Nada más me lo recuerda.
¿Cuántas veces me habré
visitado de doctor?
¿Cada vez que algún yo 
precedente no aguantaba
su existencia o el elástico
se negaba o se aburría
siendo el mismo? 
¿yo?
Y seguro también
como broma fatídica,
para el resto de yos 
encantados de ser,
quienes eran satisfechos
de haberse conocido.
El Demiurgo es un adicto
declarado a la ironía…
Confirmadas mis visiones
algo nuevo se conmueve
en mi interior y algo viejo
se aquieta.
Somos tantos, 
hay tantas versiones
pululantes de mi mismo.
Podríamos montar 
una obra de teatro.
Pero ¿quién o cuál soy yo?
¿cuál el auténtico? ¿cuál 
el traidor? ¿cuál
el poeta?
¿Dónde está Wally en mitad
de todos estos yos
atareados?
Todos ellos visten gorro, 
bastón, jersey a rayas…
¿y yo?
A la próxima visita 
del señor de blanco,
le pediré la muerte 
recién emancipada 
mi clonación.
Y así el siguiente yo
descansará,
sin dudar 
ni nostalgias.
Lo he visto hacer por la tele.
Se puede.
En una prestigiosa
película de magos.


martes, 13 de septiembre de 2011

(Haikus verdad y mentira)


La verdad me hace
sentir los pies en tierra
y doloridos
        _____


La verdad me hace
libre para escoger
otra mentira.



viernes, 9 de septiembre de 2011

(Friday)



No es el caso que el amor 
me cambie de días.
Que se vaya y se venga 
según el calendario.
Es en cambio un amor 
a tormenta y rajatabla,
a trampolín y estupor,
a precipicio y megáfono.
Que se pasea bien vestido 
porque hoy es viernes,
ante tu público gentil,
como sepulcro callado.
Pero aún si no lo contemplas
o no se lo dices,
él se arregla igual,
empedernido y terco.
Porque a mi amor no le afecta
el pasar de los días, 
pues para él son todos
el mismo Viernes,
en que se empeña en cantarme
una y otra vez,
con su temblor de no estás,
lo mucho que te quiere.


jueves, 8 de septiembre de 2011

(Skyline)




Mi cigarro es una torre gemela marrón,
pero hija única,
que acumula pisos de ceniza
sobre mis dedos,
pero no soporta el material
de oficina calcinado,
el peso de los días
sobre mis hombros.

En él no trabajan
oficinistas o inversores,
no lo cruzan los boeings
el once de septiembre,
solamente yo
alimento su fuego,
pero el humo que expele
también
es una pira de nombres.

Cuando cierro la puerta
y repaso en la habitación
la primera frase
de todas las canciones,
estoy mirando al vacío,
reconstruyendo mi skyline,
la línea de la costa
que mi mano surcó
antes y después
del derrumbe.

En el fuego de la tarde que consume
mi nostalgia premeditada,
van ardiendo una tras otra
hasta el cimiento las torres.
Y cuando ya no sé quemar
ni convocar más recuerdos,
dejo urdidas en el aire
las ondas grisáceas,
y aspiradora en mano aspiro
y reagrupo mis pavesas,
para que el frío avión
de la noche terrorista
jamás las alcance.



lunes, 5 de septiembre de 2011

(La Razón)



¿Pero entonces a quién
le importan los poetas?,
esos seres extraños
que no tienen oficio,
¿dónde quieren llegar
y para qué sirven?
¿Quién les acredita
para esgrimir la letra?
Porque el banquero abarca,
el letrado aboga,
el carnicero nos sirve
la carne bien limpia;
¿pero dónde encajan
estos elementos
que pagados de sí mismos
verborrean sin pausa?
¿Sirve acaso lo que dicen
cuando logra entendérseles
de algo más que para echar
algún polvo por lástima?
¿De qué viven entonces
si todo lo que ganan
se lo gastan en papel,
en alcohol y cigarros,
y en adquirir las obras
de sus escasos colegas?
¿Qué función extraña
es la suya que viven
para sangrar en blanco,
coleccionar desamores,
desorbitar palabras
y terminar en silencio?
No es que conozca a muchos
pero siempre que les veo,
me parecen tristes
como gatos flacos,
que se curan las heridas
con camiones de cerveza,
y maúllan a la luna
que jamás han visto.
Son engendros curiosos,
no me cabe duda,
y a pesar de su olor
a vicisitudes,
hay momentos que vislumbro
ese brillo en sus ojos,
un ardor en las manos
una certeza,
un instante en que su sombra
se viste de príncipe,
y su voz pusilánime
la repueblan megáfonos.


Debe ser la razón
para que ellos existan,
más allá de la plata
y el timón del marketing.
Debe ser el porqué
de su turbia apariencia,
de sus ganas de amar
a mujeres sin remedio,
el residuo del placer
que se intuye en sus sienes,
esa droga infumable
que les sale de dentro.
Debe ser el motivo
de su inútil existencia.
Debe ser la razón.
Debe ser…
El poema.




Y a pesar de la mirada algo sarcástica y tópica del poema, o precisamente por ella, me lo sigo preguntando. ¿Sirven para algo la poesía, los poetas? 
No claramente si el factor de utilidad es el económico, el que gobierna nuestros días. En esta sociedad todo lo que conlleve beneficio económico es justificable y hasta bueno y deseable. Con la poesía, que yo sepa, no se gana dinero, así que de primeras ya tenemos la respuesta fácil. La poesía no deja de ser otro medio recreativo. ¿O no? El debate da para mucho, pero no tengo ni la capacidad ni el tiempo para profundizar ni explayarme en él, así que tiraré de síntesis. No es la pregunta si los poetas sirven de algo. La pregunta es si sirven los hombres, las mujeres detrás de los poet@s. Para mí la poesía es una forma de ver con otros ojos lo que ya es, y de hacer posible lo que no. No es quizás la moneda de cambio del mundo, pero sí puede ser la puerta a otros, una forma de esperanza.
La luz está encendida. La puerta, en cambio,  la tenemos que cruzar nosotros.




viernes, 2 de septiembre de 2011

(Resaca goyesca)


El sueño de la razón
produce siestas memorables.
Es la luz del despertar
la que conjura monstruos.



miércoles, 31 de agosto de 2011

(Haikus)


Solo la flor
que sobrevive sola.
Solamente ella.
        _____


Lluvia tardía
que abre los parasoles.
Brota el vacío.
        _____


Río que marchas,
mar de memoria y lluvias,
completa el ciclo.
        _____


Era esa mano.
Era su amor de tierra
que en mí crecía.




lunes, 29 de agosto de 2011

(Palabras)



Ellas son el vehículo y
negarlas,
no es negar una rueda o
negar el aire o
anegar el camino.
Es que no exista rueda
ni pulmones que abrir
ni otra cosa en el aire
que señales eléctricas.
Sin ellas,
¿Cómo podré
creer en tu mano?
¿Cómo sabré
que en realidad
existes?


sábado, 27 de agosto de 2011

(Mapamundi)


Señalar en un mapa 
el lugar
de donde vengo,
y anotar en la lista
comprar pintura marrón
y verde azul
y roja y dibujar 
un mapamundi alrededor
de tu cintura,
con paralelos y meridianos
que te recorran.
Y en un paraje perdido
-entre el ecuador
y tus trópicos morenos-
señalar el exacto lugar
de donde soy.


lunes, 22 de agosto de 2011

(Francés)


Yo quiero ser francés
y no mi carne,
decir rodeado de nubes
y despaciosamente, con la lengua 
en posiciones inimaginables,
para mi boca latina
y mi semblante de enero.


Decir y no necesitar
jamás decirlo,
despreocupar mi barba
y patrocinar mis ojos,
que mis manos sean
nunca
tiernas, fuertes, generosas.
Que no necesite soñar,
ni pensar,
ni preguntarte.


Y ser francés sobre todo
y sobre todas las carnes
exiguas,
que no sean la mía.


Y no necesitar
escribir ni beber.


Y no necesitar.


Ni decírtelo nunca.


sábado, 20 de agosto de 2011

(Credo)



Yo creo en el despiste de mis pies,
en la capacidad de encuentro de mis manos,
en tu sonrisa dulce cuando no la espero,
en la fuerza del torrente que me miras.
Vamos que fundamentalmente
no creo en nada
que no me dé de bruces en la tierra,
que no me tizne el rostro del esfuerzo,
que no me arrastre en el fango triste
de la vida.
Porque a pesar de que quisiera
enfangarme de nubes,
revolcarme en los jardines prometidos
del cielo,
sólo tengo fe en mi padre de carne,
en la madre que sangrando
me dio la vida,
en los besos y abrazos
que me queden por dar,
y en la corte de gusanos 
hambrientos
que me esperan.
Amén.


jueves, 18 de agosto de 2011

(Rosa)



La esencia más íntima de la rosa
se adhería a las yemas de sus dedos,
supliendo a las células
que lo abandonaban,
fundiéndose a sus cadenas
de ácido ribonucleico.


Cuántos la habían olido
intentando aprehenderla,
cuántos su piel dibujado
en papel y en su mente queriendo
representarla,
poseerla.


Y entre tantos devotos y perseguidores,
se encontraba él inadvertido,
respirando aquella rosa
que le había entregado
su secreto.
Rodeándola.
Viviéndola.
Como un envoltorio de carne
que no era mortal,
sino pétalo.


Pero esa carne rosa espina
por fuera y sangre
por dentro,
no notaba en sus ansias
de hombre a mucha honra
su aliento rosado,
su pecho transgénico.


Y buscaban sus ojos
en las prístinas flores,
en ramos de fuego
y en llamas curvas,
individuales,
la belleza que su cuerpo
ya había poseído,
el placer que había anidado
en sus entrañas…


lunes, 15 de agosto de 2011

(Fábula de los mercados)



El fruto le dijo al árbol
aquella mañana,
alzando sus ojos de fruto
caído en la tierra:
“me debes el aire que ondea
a la tarde en tus hojas,
la tibia sopa de letras
que nutren tu cuerpo,
la raigambre pavimentada
que te mantiene erguido.
La vida con la que vives.
La vida me debes”.


Y el árbol que pese a todo
su tronco de árbol,
padecía de corteza gastada
y hueca por dentro,
fluctuó bamboleándose
como un gigante herido,
y colapsó 
con pavoroso estruendo
sobre su fruto privado. 


lunes, 8 de agosto de 2011

(Patio)



El patio está umbrío y solitario.
A veces lo acaricia un rayo
de sol que llega entre resquicios,
y la hierba que crece fina entre las juntas
se estira como el cuello interrogante
de una jirafa sorprendida.


Solitario y umbrío 
sobre todo en la noche,
cuando cantan los grillos,
los tenores, los amantes,
y se juntan las losas 
del suelo cercenando
la posibilidad de la luna
y los sueños verdes.


El aire tiembla ligero 
y fresco entre sus muros,
que se miran impávidos 
unos a otros,
y a pesar de que a veces
lo visite la lluvia
el silencio es el único 
que realmente lo habita.
Por eso las gotas, 
los niños, las risas,
no le son más que extraños,
fugaces intrusos,
que se cuelan brevemente
en su vacío sólido,
y a la primera nota 
de la cigarra
recogen sus bártulos
y se evaporan.


Solitario y umbrío y
en el ala oeste,
nadie puede encontrarlo 
si mira al norte,
y si se oyen pasos 
al salir las nubes,
son caminos que se alejan
de las voces tenues,
y se agotan llenos
de paraíso,
que poco a poco se apaga
y ya nunca vuelve.


Umbrío respira el patio, 
solitario y silencioso.
Engalanan sus viejas paredes 
florecidas ausencias.
Y la sombra suave no permite 
escapar a quien para, 
detenido un momento al arrullo
de sus canciones.
En este portal sombrío
nacido de dentro.
Clausurado con palabras.
Invisible.
Solo.