miércoles, 29 de junio de 2011

(Requisitos)


Necesito sus iniciales,
su fecha de nacimiento,
el apellido de soltera
de su primera novia.
Saber cuántas veces
respira usted al día,
si se agacha
para atarse los cordones.
Me importan bien poco
sus esperanzas,
si aspira usted o si 
el aire le deja
solamente,
si le graban las cámaras
subcutáneas del metro
o el espejo se mira
en usted
por las mañanas.
Sólo quiero que pase 
desapercibido,
que el viento no le infle
la camisa,
que cuente de dos en dos
los botones,
y sepa atenerse
a las consecuencias.
Cuando haya recopilado
toda la información,
póngase la chaqueta en contacto 
conmigo y tímbreme,
convencido,
mañana…


miércoles, 22 de junio de 2011

jueves, 16 de junio de 2011

(Escaleras Mecánicas)



La niña pequeña de oscuros
ojos almendrados
se sienta despreocupada
en la escalera mecánica.
Abraza fuerte su mochila
como quien guardara
un tesoro,
liviano, ingrávido.
La abre y rebusca fuerte
en sus profundidades,
entre recuerdos y hojas
de pequeña niña descuidada,
sin inquietud ninguna
ante el próximo
final
de la escalera.

Nadie la para.
Nadie la sigue
en el túnel diagonal
que ambos cruzamos
solos.

Yo quiero gritar
cuidado no ves
delante de ti
lo que te espera.

Y ella rebusca y rebusca
sus manos son tan pequeñas,
la arrastran adentro
y más dentro
de la mochila.

Cuando en el último escalón
la cremallera se cierra,
y la pequeña oriental
de pronto desaparece,
llego justo a tiempo
de dar el salto,
para caer en las fauces
abiertas
de mi futuro.


domingo, 12 de junio de 2011

(Colonoscopia)



Últimamente tengo el blog muy abandonado. Es lo que tiene que te convoquen de nuevo las oposiciones, que los libros se ponen cariñosos y se te echan encima. Pero una buena amiga me recuerda que no hay que estudiar tanto, así que seguiré su consejo y le dedicaré tiempo a los versos de vez en cuando. De momento aquí va una antigua rabieta que quiere ser poema. Puede venir bien para los tiempos que corren.

(Colonoscopia)

Ni siquiera nos pertenecemos.
Puedes tomar tu pierna,
tu dedo meñique si quieres,
podrían parecer reales,
genuina e irrefutablemente
tuyos.
¿Pero y qué?
¿Son lo que eres?
Tu cuerpo es solamente
el lugar donde vives,
el piso que heredaste
de mamá óvulo y papá
cabecita y flagelo.
Los dos sabemos
que apenas lo pisas.
Lo tienes hecho un desastre.
No eres.
Yo tampoco soy,
 que conste.
Vivimos de prestado,
en un expediente X
eternamente repuesto.
¿Lo que haces?
Dime ¿a alguien le importa?
¿Eres algo más
que una estadística?
¿A quién se lo debes?
¿A quién buscas impresionar?
Tú acabarás en la tierra
igual que ellos.
Igual que todos.
¿Lo que piensas?
Ahí podríamos discutir,
los impulsos eléctricos
de tu cerebro son
lo más cerca que nunca
estarás de ti.
Y aún así.
¿Pensaste alguna vez
lo que nadie antes?
¿Son tus ideas tuyas
o sólo repites la frase,
lo que viste o leíste,
lo que te enseñaron
o lo borraste y más tarde
lo que aprendiste?
Nada de eso es tuyo.
Tú no eres más
que el cable y la batería.
No el mensaje.
Así que ya ves.
No eres más que un collage
de letras prestadas,
un precioso cuadro impresionista.
No eres nadie igual que yo
no soy nadie más
que el que escribe
este poema.
Mírame estoy aquí
en el maldito espejo
que te habla.
Soy tu último recurso.
Todo este mundo incluso
este mismo poema,
está pensado 
para practicarte
una estupenda
colonoscopia diaria.
No le dejes.
No me dejes.
Yo te digo no eres nadie
y tú podrás decirme sí,
no soy nadie más
que el que lee
este poema.
Mi cuerpo no soy yo
pero es el que más se le parece.
Lo que hago no soy yo
pero hacerlo es lo que más
me realiza,
lo que me pone de pie
sobre la tierra.
Lo que pienso.
Nada podría ser
más yo
que mis ideas,
mirar a derecha e izquierda
de la corriente eléctrica
y ser mi propia estación
transformadora.
La bombilla en mi cabeza
podrá ser usada, prestada,
de bajo voltaje,
pero es la que arroja
luz sobre mis días.
Podrías echarme en cara
tu Monet, tu Renoir o Degas,
y lucirte orgulloso,
impresionante,
mandarme a mí,
al mundo,
a este mismo poema,
a tomar por el mismo lugar
por el que se practican
las colonoscopias.
Y yo no podría
estar más contento.
Si Colón encontró América
por el lugar que no era,
igual podemos hacer nosotros
para descubrirnos.


jueves, 2 de junio de 2011

2 haikus contra las "brigadas" de limpieza



La porra duele,
pero no duele tanto
como el sillón.


Limpiarán plazas,
mas no podrán limpiar
nuestras ideas.