viernes, 25 de febrero de 2011

(Remover)


Me cuesta remover el café
cuando se llena de socavones.
Un terrón tras otro de ausencia
de alquitrán que pisar
y beber, y beber,
y después tragar.
No sirve de nada cambiar
al descafeinado y cuidarte
de usar sacarina.
La ciudad se mete en todas
mis bebidas negras sin importar
el color y las llena de huecos,
burbujas frías o calientes
que explotan camino
de mi estómago.
Yo puedo ser más
o menos consciente
de que ingiero toneladas
de ausencia al vacío.
Puedo notar más o menos
su acción
en la cabeza y el pecho.
Pero saberlo o no
quererlo saber
no cambia el trombo
de nadas que sigue
horadando mis venas.
Que va conquistándome en tazas
y vasos a niveles celulares.
Hasta verme como ahora
asiendo nada,
amando nada sin ver
lo que acampa en mis narices,
de nada agradecido
y sin poder

creer en nada.
Nada sale por mi boca
no obstante y a pesar
                           de todo,
de tanto engullir la ciudad
me ha asimilado.
En la masa que no dice más
que ponme otra taza más
de ese negro café,
sírveme otra copa más
de ese licor de olvido
con doble de mentiras.
Déjame una cuchara,
por favor, una pajita
o sin más con el dedo

me vale...
Para remover.




(No me podía resistir a poner esta imagen. Quiero una taza de esas)

martes, 22 de febrero de 2011

(Cosmética)


El aluminio vetea en tu piel
con cuidado.
Te lavas el cuerpo, frotas,
con gel de sangre.
No ingieres nada que incite
a pensar en tierra,
agua o animales.
Los zapatos te quedan preciosos.
Acabarás ahogado
en el carmín
que con tanto ahínco
besas,
en los ungüentos que aplicas
y extiendes con fe,
desde los pies
a la cara.
Preguntándote la causa
inútil
de tanto sufrimiento.



jueves, 17 de febrero de 2011

lunes, 14 de febrero de 2011

(Destello)


Tú sabes que las canciones
            son mentira.
Que el Corte Inglés y la Fnac
están detrás de todo.
Sabes que esa flor
que ahora hueles y sientes
su color corriendo en tus venas,
su aroma bombeándote en el pecho,
sabes que es todo química
y photoshop.
El cacao escasea y la caja
vacía de bombones es incluso
más deliciosa así, pero sabes
que la ciudad está llena de sexo
en dulces sustitutos.
¿Qué haremos cuando se extinga
el chocolate?
Es mentira el amor
de la tele y los poemas
están llenos de ardiente
y falso
y literario amor
por uno mismo.
Los poemas
incluso este también
sólo cuentan mentiras.
Por eso es mejor
que cierres el libro
o el blog ahora
y me mires.
Que mires estos ojos
que aún
no escriben de nada,
y en mitad de la roja
falacia que nos rodea,
pienses en mí.
Con un destello de verdad.
Como yo te pienso.



jueves, 10 de febrero de 2011

(Gafas de sol)


Tengo miedo a mirar
de frente a los lagos.
Y encontrarme dentro,
esperando,
personas ahogadas.
Con un miedo atroz
-como yo-
a mirar y encontrarse
allí
personas varadas
fuera
de los lagos.
De ahí
mis gafas de sol.



lunes, 7 de febrero de 2011

(Cuando venga ...)


El frío se ha instalado
en los bolsillos interiores
de mi chaqueta mejor,
la que nunca me falla.
En su forro a cuadros,
como una red de calor
salvavidas,
hay escarcha ahora
sólo el vino de cartón
para a los trapecistas.

En las mangas de mi trenca
mejor encuentro nieve,
que recorren como trineos
sin tripulación sus botones.
A veces doy un respingo
cuando acaban su carrera,
alocada por mi pecho abajo,
hasta los pantalones.

Es como una ducha fría
esperándote
bajo la manta.
Chapuzones nórdicos
el día de año nuevo.
Caricias.
Caricias heladas.

Y te calzas corriendo
los guantes de serie B,
impermeables,
y a tientas te enfundas
las botas de hielo
con crampones, champán,
champán on the rocks
para celebrarlo.

No hay manera, oye.
Hay placas de hielo
creciendo
por todas partes.
La única forma de hallar
calor que se me ocurre es
volverme más frío aún
que el invierno y no 

notarlo.
Que se estremezca él
cuando venga
a abrazarme.
Que me perdone el consumismo
del que tantas veces
renegué.
Que lleguen pronto ya
las rebajas
de primavera-verano,
con sus anuncios repletos
de faldas de colores.



jueves, 3 de febrero de 2011