Salimos al mundo en busca
de algo de irrealidad palpable.
Necesitamos que suceda lo imposible,
que acontezca nuestro chute de magia,
que por un momento no seamos
sólo cables sueltos,
sino entrada en la nube,
y también salida,
queremos ser los entresijos de la nube.
Queremos sentirlo de punta a punta,
notar la corriente recorrer nuestro cuerpo
y sacudirlo.
Queremos ser las palabras.
El mensaje mismo.
Que no necesitemos descodificarnos.
Por un momento hablar
y que nos entiendan, tocar
y que nos respondan.
Queremos ser melodía.
Y sólo somos notas sueltas,
abrazos al aire,
tonos comunicando,
pensamientos, amagos,
palabras que se pierden.
Salimos al mundo
para que el mundo nos haga
ser algo más
que nosotros mismos.
Ser uno con otros.
Salimos para ser más
que nuestro mundo sólo.
Y sólo conseguimos
abarrotar las calles,
de sueños mundanos,
que vagan sin rumbo.