sábado, 29 de diciembre de 2012

(Salir al mundo I)



Salgo al mundo enarbolando mi sonrisa,
palabras, mis manos, mi voz por bandera,
no reparo en mi pecho nebulosa,
mi cuerpo incógnito de fantasma.
Camino sin rozar el suelo apenas,
más que de cuando en cuando 
alguna hostia a tiempo algún 
aterrizaje de emergencia,
y vuelta al tránsito aerostático
entre los cuerpos.
Voy ganando interacción con el paisaje,
aparezco sin que me nombren 
en los espejos,
pero no hay caso con mi materia
más lampiña cada vez,
que no encaja en los moldes 
preestablecidos.
Me hundo entre las piernas de tus sueños,
lamiendo la intención con lengua sabia,
doctoro a mis oídos en tu ciencia,
repasa mi boca tu lista de sabores,
pero soy una cabeza que avanza
flotando entre la gente,
con un cordel bajo el cuello
marcando el paso.
Salgo al mundo inflado, 
henchido pero etéreo.
En el bolsillo derecho 
una caja de doce.
No me busquen.
Me dirijo a una orgía
en la fábrica de globos.



1 comentario:

  1. Que profundo entra el agua a los pulmones y nos adhiere cargas. No me busquen. Esa es una salida brillante.

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