viernes, 14 de septiembre de 2012

(De cerca)


Las telecomunicaciones están obsoletas.
Debiéramos besar palabras al aire,
esas que alguna vez dijimos,
besar el suelo que rozamos
y nos pisó el agua que alguna vez
nos bañó y después
nos conocimos.
Mientras tanto qué hacer,
mandar mensajes,
coger teléfonos,
teclearnos amor sin nunca
llegar a sabernos.
Porque yo quiero decirte y 
tocarte la fibra y 
reclamar tu ser
para nosotros.
Pero no en la distancia,
no en el océano,
no desde el pico
de una montaña.
Yo quiero hablarte de cerca.
Y evidentemente en estos recodos,
en estas lejanías que nos acechan,
solos y solo podemos confiar,
y enviarnos por las maltrechas
telecomunicaciones.
Me marcho.
Ven a escribirme una carta.






martes, 4 de septiembre de 2012

(Gravedad)



Regidos por la ley de la atracción
circulamos por camino sin trazar,
bordeando fuerzas invisibles.
El suceso siempre el choque a punto
constantemente casi tragedia.
Se evita mencionar que a momentos
reconforta soltar el volante,
dejarlo girar y ver qué ocurre.
Dejar que esos ojos nos arrollen.
Que su tranvía nos rompa el hueso
de latir, que se nos caiga encima
ese avión cargado de palabras
azules, que nos reviente el airbag
salir atravesando la luna,
que fracasen todas las medidas.
Qué mayor mal podría ocurrirnos,
seguir con vida, tocar el suelo.
O morir mezclándonos partículas,
en amasijo de mente y carne.
Es un asunto de gravedad.
En el vacío el choque es posible,
después ambos salen despedidos.
Aquí al menos se puede morir,
aferrando al amor con la vida.