lunes, 27 de diciembre de 2010

(Ritual)



Cada año me vuelve a nacer,
por estas fechas,
un absceso en el corazón engalanado,
un molesto huésped de temporada,
que reclama aullido en boca
su tributo.

Agasajos de rey, la casa vestida
de fiesta, manjares frescos
y todos los presentes,
conversan y se miran sin saber
qué están haciendo,
las manos se extrañan autónomas,
entrelazadas.

A base de pasta de almendra
el inquilino ocupa todo
el espacio vacío
que llevábamos dentro,
y nos desborda rojo por las mejillas
y el ecuador del cinturón
desabrochado.

Por mor de supervivencia
no queda más remedio,
desenvueltos los obsequios ya,
y desechados,
que asesinar al acólito
medrado y  bienqueriente,
clavándose uno mismo con saña
en el plexo solar,
un níveo estilete de turrón
del año pasado,
si es del duro mejor,
con la consiguiente posibilidad
de suicidio.

La alternativa es decir permitirle avance,
extenderse a su misericordia indiscriminada,
conllevaría riesgos inaprensibles.
Accesos intempestivos de amor,
sonrisa imperecedera,
ataques incontrolados de generosidad.
En definitiva dejarle vivir sería
una losa con nombre
en nuestras conciencias.
Permitir circular por este mundo correcto
a un individuo tan detestable…
Y mucho menos en Navidad.

Son necesarias las olas
que llegan
de suicidios tristes.
Inapreciables.
Son intentos fallidos,
cierres de emergencia,
para no dejar salir de su surtido
a esos alegres engendros,
mentecatos y alfajores.

Siempre dedico un segundo
a pensar en los anteriores,
cuando me apunto un día cualquiera
entre el veinticinco y el final
de Diciembre,
al hueco entre la segunda costilla
izquierda y el esternón.
Y aprieto con todas mis fuerzas.

Me aterra que este macabro rito
de precisión
me resulte cada vez
más natural.


viernes, 24 de diciembre de 2010

miércoles, 22 de diciembre de 2010

(Milagro)


Y al final me atreví. Allí estaba yo, inocente y tembloroso, como una colegiala con parkinson el primer día de clase, ante el bombín rojo del micrófono estridente. Delante de Carlos Salem, de Batania, de José Zúñiga, de tantos otros cuyo nombre no conozco. De esa gente. De esos que son poetas de verdad. Delante de sus carnes, sus huesos, sus voces y sus ojos. Sobre todo delante de sus oídos.

Y leí. A pesar del temblor de las manos leí. O más bien leyó. Porque yo no soy consciente de haber estado allí más que como espectador. Yo no subo a escenarios de bares a leer poemas. Por favor, qué ocurrencias. Y el caso es que ahora que la nube de humo se ha disuelto, ahora que la sensación de irrealidad ha pasado, algo me dice que ese que estuvo anoche en los Diablos Azules leyendo poemas tiene algo que ver, aunque sea remotamente, conmigo.

Para todo hay una primera vez...esta fue la mía. Gracias a Carlos Salem por organizar estas jam sessions. Gracias a los que de forma totalmente inconsciente dejaron que sus manos se movieran para aplaudir. Siempre que tenga oportunidad volveré. De hecho el próximo martes, más.

Dos de los poemas que leí ya están en el blog (Invertido,Olvidado y Concurrencia). El tercero que titula esta entrada lo reproduzco a continuación.





(Milagro)

El milagro es despertar,
levantarse,
no cerrar los ojos para siempre.
No sucumbir
al calor de la cama,
al abrazo del vientre.
El milagro es que tus padres
y mis padres nacieran,
en mitad del suelo legamoso.
Y superaran glaciaciones,
jurásicos y pleistocenos,
imperios y edades
hasta llegar a la cama.
El milagro es que allí
aún les quedaran
fuerzas para amarse,
una y otra vez
y luego dar a luz,
salir a trabajar
cuando no hay farolas
y volver,
volver para cuidarnos.
En cambio morir,
a los pies de un diplodocus,
congelado de repente,
a las ruedas de un coche.
Eso es rutina.
Macarrones los lunes.
Lo normal es morirse
antes de tiempo,
quedarse en la cama,
dejarse ir.
El milagro es quererse.
El milagro es…
querer ser.


domingo, 19 de diciembre de 2010

(Oficios)


Vendedor de frutas
de la pasión,
ingeniero de caminos
que lleven a ti,
cantante de ópera
ahogado en la ducha,
solista de un grupo
dionisíaco.
Protagonista de españoles
por el mundo,
entrevistador de científicos
invidentes,
conductor de ambulancias,
ex piloto de rallies,
colegial con un tesoro
de cinco euros.
Prestador de servicios
de desahogo,
pirata propietario
de una tienda de ortopedias,
cobrador de deudas
aficionado al nudismo,
taxista loco en la ciudad
que te recorre.
Redactor de fines,
cámara de descompresión,
director de orquesta
que toque tus manos,
perdedor de autobuses,
compositor de parques,
gerente de un desguace
de despertadores.
Lidiador de disputas,
matador de conflictos,
pequeño latifundista
cultivador de amistades,
enfermero de solos,
practicante de solas,
técnico de atención
primaria de sonrisas.
Político mejor no,
teniente de alcalde
de mi sofá,
aventurero que esgrima
la aspiradora y ventile
los cuartos cerrados
de malos humores,
que con caricias planche
la piel de los sábados
por la mañana.
Vástago agradecido,
padre estricto e inspirado,
abuelo cuenta historias
y consentidor,
alumno de ojos
y rodillas abiertas,
aprendiz incansable
del tiempo disponible,
arquitecto de edificios
cimentados de memoria
y habitados por ti y
por tus imágenes…
Y al final de mi extensa
vida laboral,
cuando solo me queden
por cotizar los años,
maestro del arte de
cómo no escribir,
y poeta de culto
recién jubilado.



domingo, 12 de diciembre de 2010

(The Moon)


La luna se ha llenado
de flashes intermitentes,
espejos de estrellas,
llamaradas solares.
Una luna grávida y planetaria,
con bóveda de cañón
iridiscente.
El aliento espacial congelado
no tiene cabida en este
túnel de personas.
Las voces saltan detenidas
por la luz
a mitad del aire.
Respiramos el humo
maternal
de nuestra atmósfera,
bajadas las medias estelares
alfombran los suelos,
la molesta mortalidad
de nuestras células,
el tiempo bien contado
y doloroso.
Y el olvido.
El soporte vital acristalado.
En medidas dobles de espíritu
más efectivas.
Diluye la táctil realidad
que aquí no cabe.
Hemos viajado.
Hemos saltado de mundo
al salir de la calle y cruzar la puerta.
Al salir de la puerta y
cruzar la calle hemos cambiado
de mundo.
Y ahora no somos ni tú ni yo
los que no deciden.
Sólo se enredan y desdicen
nuestros cuerpos saben.
Lo que nunca llegarán a saber
nuestras mentes.
Y flotamos.
En esta luna artificial que nos ofrecen.
Con alas urdidas de papel
albal de la noche.
Hasta que la luz del día abrasador
nos las deshaga.
Y se dé la vuelta la luna rota
hasta ocultarse.
En esa parte recóndita
del sueño y umbrosa.
Dónde ni la soledad unida
ha conseguido clavar
una bandera.
Amanece.
En el vacío terreno rebotan aún
nuestras voces.
Y en la luna.
Ahora.
Nadie.


miércoles, 8 de diciembre de 2010

(Concurrencia)


Iba a acercarme ayer a Los Diablos Azules. Por escuchar a Batania, intentar hacerme con uno de sus cuadernillos, también por leer alguno de mis poemas. Nunca he estado en una jam session tanta gente ahí de poesía, o tan poca, escuchando. No pudo ser quizá en un par de martes. Pueda leer poemas como este. Y si es posible mejores.


A ver cuando aprendemos
que no se puede tocar
la flauta y la trompeta
a la vez.
Que dar conciertos
de piano solamente
con los dedos impares,
y puntear la guitarra
con los incisivos son talentos
de hombre orquesta,
números de circo.
Se gasta una fortuna en
cuerda y psiquiatras.
El resto
-y esto lo digo
preferentemente para mi,
por no sentirme solo-
deberíamos cultivar
un arte o dos trabajos pero no
trescientos a la vez.
Será que soy hombre y
no se me da del todo bien
la concurrencia.
Pero es que es así
siempre me pasa empiezo
a estirar los brazos
y a abarcar y abarcar…
y transatlánticos…
y al final Titanic.
Con lo fácil que sería
ser poeta.



jueves, 2 de diciembre de 2010

(Fluvial)


Navego en una corteza.
El temporal la arrancó,
la encontré arrastrada y
llegó a mi llena
de posibilidades.
Sorteamos coches
familiares ahogados,
perros submarinos,
flores con escafandra.
Pasamos por encima
de los puentes colgantes
y saludamos al resto de barcas
de la avenida principal.
Navego en mi corteza y
el aroma a cinnamon
se agradece.
Soportaría la ponzoña
si el castor gigante en
su inmensa misericordia
dentuda
nos echase una pata
y unos troncos.
Pero con tractores amarillos mejor
conservaré mi pituitaria.
Me pregunto cómo
aguantará el dique.
Cómo vaciarán
las piscinas con casa.
Si la lluvia no deja
de caer de los ojos
de la gente.



lunes, 29 de noviembre de 2010

(Criogenia)


Ponerme en conserva
entre sardina y sardina,
con oleos sagrados
o tomate frito.
Que ninguno de los nombres
figure en la lata,
y nos revivan la noche
que resucite Walt Disney.
Será como ponerse de nuevo de parto:
avanzar entre secreciones
de E-350 he sido niño.
Mi mamá estará muerta
y tu mamá también podremos
ponerle apellidos extraños 

a las cosas.
Nos darán un oficio.
O quizá siga todo igual
que hasta ahora las ubres
de las vacas consumidas,
la entepierna del campo
sobrexplotada y seca,
el mar escupiendo sorbos de listerine.
Quizá sólo podamos estar en museos.
Expuestos como fósiles confiados.
Con cartelito informativo anexo
que plausiblemente explique nuestra historia,
para asombro de generaciones
de celadores y freaks.
Expuestos justo debajo
del tyrannosaurus rex,
a la izquierda de la ballena corcovada,
nuestros huesos perdurarán
en su funda metálica,
observando inmóviles 

cómo vuestros huesos 
corren sin parar
y se consumen.
Cómo os llega la noche inquebrantable.



miércoles, 24 de noviembre de 2010

(Vértigo)


Uno de los blogs que sigo habitualmente, Crítica poética y contracrítica, convocó en septiembre un concurso de poesía cuyas bases podéis ver aquí. Decidí participar con el poema que reproduzco a continuación y que titula esta entrada:


¿Y mis manos?
En algún lugar
tienen que estar mis manos.
En mitad de la vorágine,
cayendo,
los ojos no me servían,
el cuerpo viejo no me servía incluso
podía no servirme el sexo,
el que fuera.
Qué manía con etiquetar
entrepiernas y ponerles nombres.
Pero ¡las manos!
¿Dónde fueron a parar mis queridas?
Recuerdo el tirón,
suave al principio,
más una intuición que otra cosa
unida a un cordel.
Y después la certeza
ya no había quien parara el remolino.
Y aquí estoy ahora no sé
ni cuándo ni dónde
sé que estoy, nada más.
Noto mi consciencia pero…
¿y mis manos?
¿Cómo me reconoceré sin ellas?

 

En esta web podéis leer y comentar el resto de poemas que se presentan (muchos y muy buenos) . 

Terminado el autobombo quiero darle las gracias a Anna Rossell ya que este poema surgió a partir de mi aportación a una iniciativa suya para escribir un pequeño cuento colaborativo entre los visitantes de su blog. Toda mi admiración, cariño y respeto para ella.



lunes, 22 de noviembre de 2010

(Haiku luciérnaga)


La noche enciende   
tu corazón me alumbra.
Lago de amores.



viernes, 19 de noviembre de 2010

(Pregunta)


¿Y cómo sería todo
si por un momento,
dejáramos de hablar,
de pensar,
de vivir…
anclados en el pasado;
y empezáramos a vivir,
a pensar,
a hablar…
del futuro?



miércoles, 17 de noviembre de 2010

(Haiku a tu lado)


El de hoy es para ti.

Mirar tus ojos,
compartir lo que callan
y lo que sienten.



lunes, 15 de noviembre de 2010

(Hombres)


Un poeta no debería
ser mercader de flores,
no debería
poner un chiringuito
a costa
de los pájaros de la playa.
Un poeta debería
ser poeta soltero,
pero pasa también
que los poetas
son hombres.



sábado, 13 de noviembre de 2010

(Haiku del contable)


Uno y dos…nada.
Tres y cuatro…depende.
¿Cuál es mi parte?



jueves, 11 de noviembre de 2010

(Gente Misteriosa)


Como no admiran al principio
nunca ves venir un grito inglés.
La frase comienza normal,
pausada, suave,
(esto en gran medida
depende del individuo)
y hasta el último momento
no sabes
si simplemente enuncian,
o realmente preguntan o
te están increpando.
Qué pesadilla hablar,
vivir sin saber
lo que estás diciendo.



Por aclarar: la alusión al inglés en mis poemas es anecdótica. Son la excusa, en ningún caso una opinión. Al contrario, por mal que lo hable, me encanta el inglés.


martes, 9 de noviembre de 2010

sábado, 6 de noviembre de 2010

(Vidas digitales)


Me rompo una uña y
lo pío, lo gorjeo,
lo pongo en amarillo y
letras grandes.
Como no me convence
la difusión de la historia,
me retrato la cara
para captar la sorpresa y
empapelo el muro en
el que vivo.
Finalmente envío a
mensajeros electrónicos,
con misivas cortas
para todos mis contactos,
haciéndoles saber que estoy bien.
No ha sido nada.
Más tarde, revisando el suceso
detenidamente,
redacto un review exhaustivo
en mi blog especializado.
¡Qué experiencia!
¡Qué maravilla!
Sentirse digitalizado y suave,
sin la continuidad mortal
de lo analógico. ¡Qué placer!
Saberse nivelado y seguro
frente a picos de la vida.
Soy alguien solo
cuando estoy en Internet.
Fuera, sí,
seré una persona
más con sus quehaceres,
lágrimas, escapismos
y medias verdades.
Solamente otra amalgama
de “trantranes” y “runrunes”…
Pero aquí…
Ufff, mírame.
Aquí soy alguien.



jueves, 4 de noviembre de 2010

martes, 2 de noviembre de 2010

(Sin tiempo)


Cuando no tengo tiempo,
y  mira que no me gusta
caer en los tópicos,
salgo con permiso a la calle y
compro y compro y
compro relojes.
Cuando ya no me queda sitio
en las paredes 

ni en los brazos
salgo de nuevo a la calle
para alquilar martillos.
Y rompo. Y caigo.
Me los conozco todos.
Por eso si no tengo más
tiempo que el que me dan
las nubes,
la bruma, el sol,
la tarde y las tormentas
son sólo eventos
previamente programados.
Sólo me queda  el hueco
entre las seis y las siete,
entre el segundo que  aprendo,
el tercero que olvido y
el cuarto que enseño,
el quicio de esa micra ocupada
que se distrajo una rendija
de lanzamiento, un intersticio:
el instante ajustado
para plantar la cuña.
El resto aquí está es
un poema sin tiempo,
triste y manco de ambas manos,
muñecas amordazadas
para el resto de sus días.



viernes, 29 de octubre de 2010

jueves, 28 de octubre de 2010

(Focus)



No entiendo cómo pueden
los ingleses concentrarse
con ese enorme foco
en la cara.
Debe ser que la imagen
que proyecta
apaga el mundo,
sus alrededores,
y no te deja ver
otra cosa.



martes, 26 de octubre de 2010

(Carrera)


Recorrer el pasillo
con el techo de madera temblorosa
a punto de soterrar tu cabeza.
Recorrerlo decidido en busca
de lo que ves allá al fondo.
Tu vida.
Los espectadores encogen
el culo en la silla.
Piensan para sí ¡está loco!,
¿cómo se arriesga?
Pero siguen mirando
a ver si lo consigues.
Los primeros metros
con las manos en la cara,
luego las van retirando,
primero un dedo,
después otro.
Cuando faltan pocos metros
todos gritan
de pie enfervorecidos.
Unos alentándote a ti,
otros  a la muerte,
todos entregados.
Si el techo se desploma
sobre ti y te deja el ánimo
maltrecho,
unos respiran aliviados,
los que nunca creyeron.
Y los demás te miran
con desprecio,
decepcionados.
A la gente no le gusta
que les hagas creer
para nada.
Ya es difícil alcanzar
la indiferencia
para que luego vengan 

impostores
a derrumbárnosla.



lunes, 25 de octubre de 2010

(Frágil)


Tomo bajo el agua
mi cabeza entre las manos
y ese orbe,
que yo creía melón
maduro de conexiones,
mapa de mi tesoro
pintado a ratos,
bola premonitoria
repleta de gongs,
se me hace de pronto
pequeña,
tan minúscula y frágil…
Solamente mi cuerpo y
su bagaje de alforjas
atestiguan el pasar
de treinta años.



jueves, 21 de octubre de 2010

(Perderse)

                                                                      (Imagen cortesía de MAC) 


Veintisiete mil kilómetros
de ropa nos separan.
Todo un planeta de piel
que explorar y, casualmente,
los mapas rebelados
han perdido el norte,
oremos descansa en paz
la batería del móvil,
y surcan la duermevela
de los olvidados y los justos
el gps y el servicio
de asistencia en carretera.




martes, 19 de octubre de 2010

domingo, 17 de octubre de 2010

(Manifiesto)


Manifiesto que la mejor
defensa es el ataque.
Atacar para que el otro
no me ataque antes.
No el defender desde aquí
mi castillo de palabras,
no el resistir desde el búnker
de mi fortín de ideas,
nunca cerrando la puerta
al avance a la concordia.

No.
La mejor defensa es destruir
las ideas del otro,
invadirle las neuronas,
moler a palos su cuerpo,
y en los pozos esparcirle sal,
y en los campos.
Y conquistar, conquistar,
enquistar, conquistar,
conquistar…
aunque el imperio nos lleve
lejos de casa,
lejos, muy lejos del hogar
de las ideas.

Sí, manifiesto,
que en el duelo de proclamas
solamente conseguimos
avivar el fuego,  el problema,
sólo sirve para alentar
la extensión del caos,
en el que todos pacemos
muy convencidos.

Sí.
Manifiestamente creo
que los de arriba y abajo,
el norte el este el sur-suroeste,
los medios absolutos
y los intermedios,
deberíamos dejar
de vivir en islas,
de observar espejos
y relatar ferias.
Y ser aunque fuera
por una vez,
un clamor sostenido
de muchas voces.

Y ahora entre sonrojos
y estridentes carcajadas,
este almidonado, inocente,
trasnochado manifiesto,
será arrojado a la lumbre
de la utopía presupuestaria,
a la pira de la más antigua,
exacerbada humanidad.
Como tantos otros.


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viernes, 15 de octubre de 2010

(Haiku quiromántico)



Si nuestras vidas 
van de la mano surge
claro el futuro.

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miércoles, 13 de octubre de 2010

(Determinista confesional)


Mudo la piel
como los girasoles,
pero nunca falta en mi boca
una estudiada frase,
una estupenda película
con la que ponerse
morado a pipas.

Vivo una vida de lateralidades,
a un lado y al otro
de la línea que divide el mundo
(sinuosa porque cada cual
tiene su historia).

Oscilo yo,
oscilan mis palabras
oscila mi daga,
mi florete, mi cañón,
cada una
de las armas que utilizo.
No oscila dios,
porque el pobre ya se cansó
de ser enarbolado, de ondear
a la brisa de la sangre y decidir
cual de sus caras ganará
la guerra de lealtades.
Pero sí oscilan los dioses
más modernos, las ideas,
bajo el peso internacional,
la gravedad metálica,
que las inclina para siempre
acabar en el fondo.

Montado así,
en la cuña que toque,
voy  inflando y desinflando,
sembrando y barriendo,
haciendo del mundo mi pictionary,
mi quién es quién
quiere ser millonario,
mi pasa palabra porque al final,
con algo de presión
todos acabamos,
aceptando pulpo
como animal de compañía.


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lunes, 11 de octubre de 2010

(Haiku de la boda)


Hace un par de fines de semana se casaron dos amigos. Y me salió esto:     

Lágrimas blancas.
La voz trémula asiente.
Fusión de vidas. 

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sábado, 9 de octubre de 2010

(Educación General Básica)


Viernes tarde,
voy a enseñar,

a mis desconocidos
el lenguaje isleño 

de las máquinas.
Misma hora, mismo viernes,
en dirección contraria:
ese grupo de niñas de museo
festivo me mira de reojo.
Se disponen a impartir
clase a desconocidos,
del lenguaje humano 

de las bocas.
En algún lugar
                       alguien inventa,
el idioma universal,
la máquina del tiempo,
y las autoridades competentes
                                 elaboran
un programa educativo
                                razonable.


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jueves, 7 de octubre de 2010

(Haiku de lo ajeno)


Ay si le diéramos
a lo que ya tenemos
igual valor.

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martes, 5 de octubre de 2010

(Curriculum Vitae)


Podría decirse que soy
un experto en la materia soy
diplomado en azares,
licenciado en quereres,
doctor honoris causa en
desilusiones tengo
tres maestrías en composición
de señales de humo,
amplia experiencia profesional
en banca del parque, tele,
comunicaciones no verbales,
y seguros que nos morimos.
Hablo tal cantidad de idiomas
que a veces los entremezclo y
no me comprende nadie.
Soy profesional, proactivo,
prominente y profiláctico,
y trabajo estupendamente
en equipos de dos.
Tengo y no es por presumir
el coche más grande
con lavadora,
la casa más grande
con tres piscinas,
espaciosos apartamentos
en La Manga del Mar Menor,
Benidorm, Peñíscola,
y si no recuerdo mal,
bella esposa con tres hijos.
Definitivamente soy,
ya ha podido comprobarlo,
un valor seguro un
verdadero experto en la materia.
Lo que todavía no comprendo es
por qué no quiere usted contratarme.


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sábado, 2 de octubre de 2010

(Haiku del legado)


Hijo estos pasos
que di y los que no supe
serán tu herencia.

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viernes, 1 de octubre de 2010

Premio Rayo de Sol



Sé que esta quizás no sea la mejor forma de empezar un agradecimiento pero...
Realmente soy un escéptico de estas cosas. Hay una voz enojosa por aquí dentro que no puede ver más allá del mero intercambio de links y de visitas, de las imágenes de colores estridentes y algo almibaradas. 

Por suerte siempre tengo a mano un poco de esparadrapo para acallarla. Porque independientemente de lo que diga esa voz de cínico y desencantado, ese no soy realmente yo. Sólo es mi parte cascarrabias.

Y ahora que el diablillo del hombro ya ha dicho lo suyo hablaré yo, y voy a hacer un poco de memoria.

Hace cosa como de un mes y ocho días, comenzaba este blog. No era mi primera presencia en la red pues anteriormente subía poemas e imágenes a un fotolog que había dejado de ilusionarme...Necesitaba un cambio, un impulso. Y un día en google apareció Milagros (San Google)...Pero esto ya lo he contado en otro post y no me quiero repetir.

El caso es que lo que empezó simplemente como un motivo para seguir escribiendo, un lugar donde colgar fotos y poemas, se convirtió casi sin quererlo en una actividad social. Porque al final como escribidor de versos uno necesita referencias y contacto con compañeros del gremio. Así que visitas otros blogs, y navegas y comentas y sigues...y aquí estoy. En apenas un mes mis poemas han pasado de ser leidos por los duendes que probablemente habitan mi ordenador (y claro está, por mi) a residir en un lugar del que 26 cuadraditos, a los que juro no me une ningún vínculo comercial , se declaran seguidores. Y lo mejor no es eso. Lo mejor es que a los cuadraditos les gusta lo que escribo. Y lo mejor sigue sin ser eso. Lo mejor es que a algunos de esos cuadraditos hasta los conozco en persona. Y qué personas. Me considero muy afortunado.

Y echada la vista atrás vuelvo mi mano al presente. A este premio. Vuelvo sobre mis primeras palabras de esta entrada esperando que no se malinterpreten. Son mi opinión sobre cómo se gestó el concepto de intercambiar premios de este estilo entre bloggers. Y eso nació entre personas con las que no tengo ninguna relación. Sé porque poquito a poquito os voy conociendo, intuyendo cosas de vosotros, que cuando alguno entregáis un premio como este lo hacéis de corazón. Porque lo sentís. Y yo así lo recibo. Quiero agradecerle con toda mi alma a Idoia (http://sinquimicanohaybiologia.blogspot.com), la chica de belleza triple que me ha concedido el premio, por sus palabras tan desmedidas como sinceras. Eres un amor.

Y aprovecho el momento no para mentar a la Virgen de Santa Guadalupe del Camino Angosto de Las Angustias (como hizo Pedro Almodovar en los Óscar santa indecencia la mía por la comparación), sino en primer lugar para saltarme un poco las normas de este premio (que solicita del receptor su distribución a 12 afortunados con comentarios y links) para decir que aquí lo pongo a disposición de todo aquel que quiera llevarlo a su blog. Mío es ahora y por tanto vuestro. Linkados os tengo ya a todos y perdón por el palabro, en la lista de blogs que visito (enlazados, en español, suena mucho mejor, menos equívoco).

Finalmente quiero agradeceros a todos vosotros, los que declaráis con atrevimiento ser seguidores de este blog, los que lo declaráis en la intimidad, los que no declaráis porque no hay abogado que os ampare, e incluso a los que están por venir, a todos quiero agradeceros vuestro cariño, vuestras entradas,vuestros comentarios, vuestros correos, vuestros poemas...a todos, GRACIAS.

Besos y Abrazos (distribuidos en cantidad e intensidad a gusto del consumidor).


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miércoles, 29 de septiembre de 2010

(Desde el vacío)



Salgo del sueño abandono el redil,
salto el muro cavo un túnel,
cruzo el desierto vadeo el mar,
llego al cohete me pongo el casco,
Houston comienza la cuenta atrás,
subo a las nubes y en un suspiro
precipitado las atravieso.

Ya estoy, ya estoy,
ya casi llego a
terrizo,
al basto fondo de la canica,
al reino ignoto
de la voz imposible,
a los predios
de la palabra inaudita,
al auténtico y genuino
separatismo.
Casi lo puedo tocar.


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domingo, 26 de septiembre de 2010

(Prosigue)






La última botella solar
difracta la ensenada
luz del parque,
diluye la ensoñación
libada del verano,
dispersa entre improperios
a sus vacas cantoras,
llama a capítulo urgente a
descreídos, a letrados,
y promulga la vuelta pronta
de las carnes ocultas
a sus cinco más dos son siete
bajo los tres palos.

Pero antes de desfilar
por la alfombra amarilla,
luciendo traje para entregar
el blanco al invierno,
estalla la última tarde
de sol en palmeras rosas,
huyen en bolsas de plástico
las miradas jóvenes,
y con la piel recién metida en
su tienda de campaña,
se apresura bulliciosa
la sombra del viernes,
a celebrar en los bares,
los puentes, las camas,
que la luz viva prosigue
bajo tierra o techo,
en la memoria triste y callada
de las hogueras
y hasta en el brillo desgastado
de nuestros ojos.


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jueves, 23 de septiembre de 2010

(Haiku del beso nuevo)



Recién nacidos
de tus besos fugaces
vuelan mis labios
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lunes, 20 de septiembre de 2010

(Invertido, olvidado)



Hay muchos pisos
sobre nuestras cabezas.
La mayoría están deshabitados…
Algo no marcha bien:
los túneles llenos,
los vagones llenos,
los cofres,
repletos de personas vivas;
las azoteas solas,
las cuerdas solas,
las ramas solas, vacías.
Ni la tradición oral,
ni el clamor de juventudes,
ni el Un, Dos, Tres,
ni Informe Semanal.
Nadie logra recordar
dónde aparcó las alas,
dónde dejo las llaves,
cómo se remonta el vuelo.

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