Navego en una corteza.
El temporal la arrancó,
la encontré arrastrada y
llegó a mi llena
de posibilidades.
Sorteamos coches
familiares ahogados,
perros submarinos,
flores con escafandra.
Pasamos por encima
de los puentes colgantes
y saludamos al resto de barcas
de la avenida principal.
Navego en mi corteza y
el aroma a cinnamon
se agradece.
Soportaría la ponzoña
si el castor gigante en
su inmensa misericordia
dentuda
nos echase una pata
y unos troncos.
Pero con tractores amarillos mejor
conservaré mi pituitaria.
Me pregunto cómo
aguantará el dique.
Cómo vaciarán
las piscinas con casa.
Si la lluvia no deja
de caer de los ojos
de la gente.
La sinergia lograda entre imagen y versos, es tan poderosa, que cruza el Atlántico, José.
ResponderEliminarLos últimos tres versos estrujan el corazón.
Los que los anteceden, son una denuncia desgarradora que viene a ratificar que la poesía no murió, y vive más que nunca, para exhaltar no sólo la belleza, sino las más dolorosas realidades.
Un beso
SIL
Leves velos livianos de seda, azul, muselina de raso, transparente cielo abierto por sobre la angustia, sin nube, que se ciñe y constriñe en su maldito abrazo la garganta, inclemente, recóndita, despiadada opresiva de piedades truncadas en quebranto de horizontes de luz, de esperanzas de antaño, de doblegar los miedos, de cercenar las penas, de arruinar las miserias y abolir de las yermas erraduras estúpidas que tan sólo conllevan el seguir en la merma de la cósmica dicha a las almas herrantes por las anchas, divinas, extensiones nimbadas de la fe que propicia — ya sin yerro ni engaño ni temor ni codicia — aguardar el momento más allá de la vida que pensamos “la nuestra” siendo apenas quimera cuando no pesadilla y acceder, limpio y libre, desprovisto de costras y nudo de estulticia, a la que aguarda al ánimo que la contempla eterna sin saber qué está viendo ni que sea a lo que aspira.
ResponderEliminarNota:
ResponderEliminarErraduras y herrantes no son erratas.
Otra nota:
Como título me parece bien. Pero no creo que de veras sea del diario de un mal poeta.
Hasta pronto.
Coincido con Sil.
ResponderEliminarMás que nunca, la poesía está ahí, agazapada, esperando a saltar sobre la belleza y sobre el horror, sobre lo maravilloso y sobre lo desgarrador; sobre la realidad, tal cual es.
Muxus mila
bellisimo recorrer su blog cada vez que publica una entrada... el cierre de la poesia me dejo una sensacion que nuevamente no se describir...
ResponderEliminarsaludos
¡Eres una bestia, José! (eso es "excelente" en cubano, jejeje). En serio, tu toque irónico (¿decepción social?), tus metáforas insustituibles y tuyas, tu ritmo de poeta urbano retratando tu realidad y el pathos de tu entorno. Y por cierto, a ver si me regalas unas cuantas de esas "flores con escafandra", que hoy es mi cumpleaños, Jajajajaja!. Abrazo, poeta, que me asombras siempre con ese decir tuyo novedoso y nunca manido.
ResponderEliminar¡¡¡Fantástico poema!!!
ResponderEliminarMe quedo por aquí para seguir leyendo a este mal poeta
No hay nada más devastador que el llanto.Tiene identidad propia y dan igual los motivos.
ResponderEliminarMe quedo don los últimos tres versos:
Si la lluvia
no deja de caer
de los ojos de la gente.
(los edito así porque me gustan más y cómo lectora hago lo que me viene en gana...........ahhhhh , se siente)
Un beso.
Qué bello. Mientras unos llueven otros aguantan el dique y algunos vacían piscinas. A mí me encantan los puentes...y desde el mío te saludo admirada, como siempre.
ResponderEliminarBesos
Un poema inquietante que deja un poso de melancolia al leerlo. Me gusta. Abrazos Jose.
ResponderEliminarNo habrá tanta agua, cuando a los patos le llega el agua por la cintura... jajaja
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Mejoran tus versos cada vez que te leo.
ResponderEliminarCreo que va siendo hora de cambiar el nombre del blog.
=)
Un abrazo.
El mundo llueve, la naturaleza se lamenta y nos inunda.
ResponderEliminarinteresante.
saludos
Impactante el poema y la fotografía.
ResponderEliminarUn saludo afectuoso.
Los más bellos versos nacen de situaciones de dolor,injusticias, nostalgias...
ResponderEliminarCuando se sufre, aunque sea contemplando el dolor ajeno......el alma del poeta hace magia...se rebela, lucha, pero su arma ....es un poema como este.
Saludos.