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En los días de lluvia las madres recomiendan.
Revisar no haya pozos en las suelas del zapato.
Hurtar la garganta al mordisco del aire.
Llevar una segunda prenda de emergencia.
No jugar a la manga corta y esperar
a que en los hilos del brazo crezcan
collares de agua.
No jugar a equilibrista en el borde
un paso tras otro los brazos abiertos.
No jugar a vadear el río grande.
No jugar a saltar el río grande.
No cruzar el maldito río grande
con los zapatos llenos de periscopios.
Pisotear el felpudo
con insistencia flamenca
borrarle de una vez
el bienvenido a casa.
Comprobar de nuevo las suelas del zapato,
buscando catalejos, aspilleras, rosetones.
Y sobre todo no olvidar el paraguas.
No te dejes el paraguas en la barra del bar,
al salir del baño con la bragueta abierta,
en el suelo metálico de la oficina,
en el suelo del metro lleno de ojos,
en el suelo no se dejan las cosas
te tengo dicho.
Pero en los días de lluvia que las madres recomiendan,
yo salgo a la calle a pelo descubierto,
mirando extrañado a los que me rodean,
todos ellos protegidos con un palo que sostiene
un pedazo de tela negra contra el cielo.
Y las gotas que caen porque nadie
les ha dicho lo contrario,
desde lo alto divisan un abismo oscuro,
un mar gris surcado de chapapotes andantes,
de vórtices andantes que son uno solo,
protegiendo nuestra acera del suicidio del agua,
la mandamos entera desagüe enarbolado,
a otro mundo donde puede
por fin estrellarse.
Yo prefiero abrir la boca.
Las palmas hacia arriba caminando
un pie tras otro por el borde.
La lluvia toda muerta ya en mi cara
y alrededores.
Y vivo.
Vivo yo.
Muy vivo yo cruzando el río grande
con los pies descalzos.
Yendo a verte o al trabajo da igual
el agua desbordada por mi cuerpo,
ascendiendo por mi cuerpo a encontrarse
con sus abuelas muertas.
Mis pies descalzos pero llenos
de objetos inverosímiles.
Mi madre, la pobre,
en los días de lluvia,
ha decidido quererme
por imposible.
Ya no repasa la lista
de recomendaciones.
Solamente se calla y me mira resignada.
Y me tiende una toalla
con infinita ternura.