martes, 29 de enero de 2013

(Lunático)



Es el que vive en el último
piso de la noche,
ferviente espía callado
de su vecina impúdica.
Mientras decrece la ropa
en la noche de su cuarto,
y arrecian las sombras de la ciudad 
engalanando el nuestro,
ella mantiene encendida 
la luz de su rostro,
para que él goce en la curva
de sus caderas blancas.
No me extraña que el pobre
se haya vuelto loco...



3 comentarios:

  1. buenas palabras... buen poema

    un abrazoo

    el sonido del silencio

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  2. Tu redacción, me recordó un lugar que jamás pretendo volver a pisar, o quizás sí.

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