Oleajes de piel me recorren.
Te recorren de la punta
de tus labios
a los míos pasan
oleajes de tiempo
separados.
Harry Kane que pronuncia
la noche en el viento
sopla
su nombre tormenta.
El frío huye
tras de nosotros
y se queda helado
en la calle.
Dentro solamente llega
el rumor de las olas.
Las mantas aislantes
que encargamos,
a prueba de fuego.
Los cabos díscolos se aferran
a tus piernas sin dudas.
Los cabos serios amarran
tu cuerpo y el mío al mar
para que no se fundan.
Es la última noche de Enero
que te canto.
La luna azul que trastorna
y nos devuelve
a las mareas.
Amarrados al mar...no hay mejor manera de estar.
ResponderEliminarUn hermoso poema de último día de enero, querido Jose.
Este finde estuve en Barcelona (puedes ver el vídeo)y comí con Anna. Te echamos de menos, recordando Alcalá.
Un beso enorme, amigo querido.
Le has puesto magia y jazz al poema, José.
ResponderEliminarLa poesía tiene esas cosas,
con acariciar un nombre, surge la música aún en mitad del silencio,
y el susurro del mar,
y todo bañado en azul,
para cerrar el cuadro de belleza.
Un beso
SIL
Un rítmico vaiven de palabras que llegan donde los sentimientos afloran
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