domingo, 12 de junio de 2011

(Colonoscopia)



Últimamente tengo el blog muy abandonado. Es lo que tiene que te convoquen de nuevo las oposiciones, que los libros se ponen cariñosos y se te echan encima. Pero una buena amiga me recuerda que no hay que estudiar tanto, así que seguiré su consejo y le dedicaré tiempo a los versos de vez en cuando. De momento aquí va una antigua rabieta que quiere ser poema. Puede venir bien para los tiempos que corren.

(Colonoscopia)

Ni siquiera nos pertenecemos.
Puedes tomar tu pierna,
tu dedo meñique si quieres,
podrían parecer reales,
genuina e irrefutablemente
tuyos.
¿Pero y qué?
¿Son lo que eres?
Tu cuerpo es solamente
el lugar donde vives,
el piso que heredaste
de mamá óvulo y papá
cabecita y flagelo.
Los dos sabemos
que apenas lo pisas.
Lo tienes hecho un desastre.
No eres.
Yo tampoco soy,
 que conste.
Vivimos de prestado,
en un expediente X
eternamente repuesto.
¿Lo que haces?
Dime ¿a alguien le importa?
¿Eres algo más
que una estadística?
¿A quién se lo debes?
¿A quién buscas impresionar?
Tú acabarás en la tierra
igual que ellos.
Igual que todos.
¿Lo que piensas?
Ahí podríamos discutir,
los impulsos eléctricos
de tu cerebro son
lo más cerca que nunca
estarás de ti.
Y aún así.
¿Pensaste alguna vez
lo que nadie antes?
¿Son tus ideas tuyas
o sólo repites la frase,
lo que viste o leíste,
lo que te enseñaron
o lo borraste y más tarde
lo que aprendiste?
Nada de eso es tuyo.
Tú no eres más
que el cable y la batería.
No el mensaje.
Así que ya ves.
No eres más que un collage
de letras prestadas,
un precioso cuadro impresionista.
No eres nadie igual que yo
no soy nadie más
que el que escribe
este poema.
Mírame estoy aquí
en el maldito espejo
que te habla.
Soy tu último recurso.
Todo este mundo incluso
este mismo poema,
está pensado 
para practicarte
una estupenda
colonoscopia diaria.
No le dejes.
No me dejes.
Yo te digo no eres nadie
y tú podrás decirme sí,
no soy nadie más
que el que lee
este poema.
Mi cuerpo no soy yo
pero es el que más se le parece.
Lo que hago no soy yo
pero hacerlo es lo que más
me realiza,
lo que me pone de pie
sobre la tierra.
Lo que pienso.
Nada podría ser
más yo
que mis ideas,
mirar a derecha e izquierda
de la corriente eléctrica
y ser mi propia estación
transformadora.
La bombilla en mi cabeza
podrá ser usada, prestada,
de bajo voltaje,
pero es la que arroja
luz sobre mis días.
Podrías echarme en cara
tu Monet, tu Renoir o Degas,
y lucirte orgulloso,
impresionante,
mandarme a mí,
al mundo,
a este mismo poema,
a tomar por el mismo lugar
por el que se practican
las colonoscopias.
Y yo no podría
estar más contento.
Si Colón encontró América
por el lugar que no era,
igual podemos hacer nosotros
para descubrirnos.


4 comentarios:

  1. Los versos nihilistas que se dejan leer sin resistirse y mis ojos lectores que se obstinan en leerlos, provocan cierta chispa esperanzadora que quizás logre mandar a tomar por el mismo lugar que se practica la colonoscopia tanta furia.

    Sólo una chispa de esperanza, nada más.

    Pero si mal no recuerdo, a todo fuego le antecedió apenas una chispa.

    Beso grande, José

    SIL

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  2. Me parece un poema diferente y fascinante.
    Me gustó.
    Un abrazo.

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  3. Creo que tu rabieta hubiera quedado mucho más "desahogada" a través de un relato corto, desarrollando y poniéndolo personajes a este poema escatológico. Se nota que venías de leer narrativa, y que como te dice tu buena amiga, tenías olvidado los versos.

    Saludos.

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  4. Somos un collage no cabe duda pero al apropiarnos de las frases se vuelven nuestras, absurda e ironicamente nuestras.

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